Detrás de mi en los momentos bajos,
mis ojos cansados no pueden ver el dolor;
pero intuyo que me siguen otros pasos,
y miro asustada a mi alrededor.
En el bosque de la noche se despierta la vida,
las grandes alas del tiempo, no muestran asombro;
mientras mi "yo" tiene miedo y alerta mi alma dormida,
algo o alguien roza mi hombro.
Escucho como se quiebran las ramas de un árbol viejo,
los ruidos se alejan poco a poco, ya llega el alba;
se van los intrusos y con ellos la noche que me da un consejo.
-No temas vieja niña, a la noche de la vida,"pero.. Nunca me des la espalda"
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