No llores niña que acaba el día, y la noche trae para ti perfume de flores y fantasía. Cierra los ojos y reposa la cabeza en tu almohada, empieza un sueño que no se acaba. Una mano de hada apaga la luz del día, todo oscurece, pero el cielo brilla y la luna aparece. Llena de curiosidad se mira en el espejo del mar y ve una estrella fugaz, jugando con las olas; estas cansadas poco a poco se adormecen, la luna se encoge avergonzada no quiere mirar, ¡pero como es tan curiosa! Ve como se abrazan el cielo y la mar.
La noche como el amor sigue, aunque lentamente amanece. Unos ojos hermosos llenos de fuerza y melancolía, se reflejan en el misterio de una mar tranquila. Eres tú niña, mirándote en el espejo de la vida, eres tú, que ayer estabas triste al acabar el día, ahora relajada con la sonrisa en tus labios sigues soñando, estás trenzando con tus ágiles dedos hilos de plata, que esta noche la luna te ha regalado.
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