lunes, 8 de marzo de 2010

La continuación: Aquello que escribí un día


A veces en el fondo me siento cobarde, de momento lo mejor que he hecho en mi vida, son mis hijos y como bien sabes no lo he podido hacer sola. Por ello deduzco que para las grandes cosas, se necesita ayuda, colaboración y unión. Cuando en tus dudas, en tus confusiones te preguntes amiga ¿quién eres? Piensa que eres una mujer inteligente, un ser vivo, el milagro más grande de este mundo, es la vida misma. Hoy te sientes atrapada, pero piensa que te queda mucho camino por delante; copiando tus palabras te diré: -Nunca serás feliz, si te sientes víctima de tus propias emociones, no te compadezcas ¡lucha! No dejes pasar tu tren, cogelo aunque sea en marcha. Nunca serás libre, si te sientes esclava de tus dudas, hay algo en tu carta en lo que diferimos es solo una palabra: Esperanza. Te pido que nunca la apartes de tu lado voluntariamente, piensa que es muy difícil de conservar; ella te traerá la ilusión de vivir y la seguridad en ti misma, lucha mi joven amiga por lo que quieres, no te rindas jamás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario