miércoles, 7 de abril de 2010

EL TEMPLO DE LOS SENTIMIENTOS

Yo siempre hablo a menudo del alma, sé que existe porque la siento dentro de mí, pero no podría dibujarla: No la conozco pues no he visto su cara, ni su forma, ni su color. No pasa la sangre por ella como si fuera el corazón, el cual me deja escuchar sus latidos y sé con seguridad, que es el compañero que marca el tiempo de mi vida. Cuando pienso en mi alma, parece que mis sentimientos bailan una danza de amor. Una voz dice, si yo pudiera verla, como veis unos hablan, otros piensan, y yo con humildad creo, que llegado el momento de nuestro último viaje, sale como un suspiro por nuestra boca y se va directa al cielo, quizá soy muy ingenua a pesar de mis años, pero creo que somos libres para decir lo que pensamos. Yo digo, que el cuerpo es el espacio donde medita el alma, ella es la gran guardiana de nuestro templo, donde habitan los sentimientos.

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