miércoles, 30 de junio de 2010

UNA VOZ: LUEGO EL SILENCIO

Que pena sentir la soledad en una silla de ruedas, viendo como pasa el tiempo deslizándose sin ser visto de entre las manos, como si se tornara agua. Hoy he tenido una llamada de teléfono y he escuchado una voz inesperada que hacía más de dos años que no la oía, he sentido pena por esta persona que sin llevar mi sangre, siempre la tuve como un ser más de la familia, Su voz me transmitía el sonido del miedo que envolvía su cansado cuerpo. Creo que ha hablado conmigo quizá un minuto, seguro que él... no estaba en casa en este momento, pero el ruido del ascensor le decía que estaba llegando. Me pregunto a mi misma ¿cómo desaparece una relación de familia? Mi marido y el suyo son hermanos. Al escuchar su voz por tan poco tiempo, mi corazón se ha encogido, ella solo quería felicitar a mi marido por su santo, pero ¿porque hoy? Y no los otros años. Quizá necesitaba escuchar una voz amiga. le pregunte ¿cómo te encuentras? y me respondió -como siempre sentada en mi silla-. Luego, el silencio... se acabaron las palabras.

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