viernes, 4 de junio de 2010

LA NIÑA DEL PASADO

No sé porque me he levantado esta mañana, pensando en la niña que fui en el pasado, sin padre a mi lado que me hablara, no porque él no quisiera, estaba encarcelado por causa de la guerra. Un día mi madre evitando mi mirada, me cogió la mano con la suya derecha, pues en la izquierda llevaba una bicicleta qué no era nueva, había sido del hijo de una vecina rica. Aquél día hicimos un corto camino, yo montando en la bici y ella vigilando que no me cayera. Así llegamos a un viejo convento de monjas, que a la vez era un colegio y sin yo tener idea me quede allí encerrada siete años. Cada día cuando el sol se escondía, desde el segundo piso dónde estaban las camas donde dormíamos, podía ver el lejano mar y las barcas con los hombres que salían a pescar con las luces encendidas, nada más verlos sentía el sabor de la libertad con el aire húmedo que llegaba a mi cara. Mi madre también fue niña y sufrió mucho, me quería, aunque fuera a su manera pero, no quiso apartarme de ella, sólo del monstruo que vivía en nuestra casa.De mayor comprendí muchas cosas.

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