miércoles, 2 de junio de 2010

LA CARA DE LA VIDA

En algunos momentos, la cara risueña de la vida nos alegra el corazón. Con los años recordamos como nos enamoramos siendo muy jóvenes, como nos casamos, y nos entregamos mutuamente uno al otro sin egoísmo. Luego, cuando fuimos padres, nos sentíamos tan niños como nuestros hijos, todos y cada uno nacieron con la esencia del amor. Formar cinco vidas no fue difícil, enseñar el camino que tenían que recorrer no fue fácil, de los cinco dos nacieron con quince minutos de diferencia, muy parecidos y a la vez distintos. Pero hubo un momento en que la vida lloró y nosotros con ella, nuestro cuarto hijo siendo un bebé se nos fue al cielo, de ello hace muchos años, pero su recuerdo sigue vivo en mi corazón y os prometo que no estoy loca.

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