lunes, 11 de octubre de 2010

ENTONCES COMPRENDIERON

Dicen que aquel día Jesús,
hasta lo pájaros seguían tu agonía;
muy cerquita de ti en la cruz,
pues, sus trinos no eran de alegría.
Uno a uno se llamaban,
decían con su trinar
que de tus sienes las espinas,
ellos querían quitar.
La sangre manchaba tu cara,
y más de uno con su pico;
se afanaba en limpiarla,
para así poder ver tu mirada.
No querían dañarte,
actuaban con sumo cuidado,
teñidas las plumas con tu sangre;
agarraban las espinas, con el pico ya manchado.
Con esfuerzo, tiraban y tiraban sin fin,
y cuando alguna cedía;
remontaban el vuelo con alegría,
así era el pequeño colorín.
Ellos querían ayudarte,
mas... tenías tantas llagas;
por donde tu fuente de vida,
rápidamente se escapaba.
Estabas tan herido,
que nada podían hacer;
callaron sus trinos, se quedaron contigo,
hasta que tú exalaste el último suspiro.
El viento que soplaba en el calvario,
se paro por un momento;
al contemplar la injusticia,
tu dolor y sufrimiento.
Tembló la tierra,
los cielos se abrieron;
la oscuridad fue densa,
los rayos atravesaron las tinieblas.
Sólo entonces, unos pocos comprendieron,
tú verdad, tú razón y tú inocencia;
unos pocos supieron,
que tú eras el hijo de Dios.
"Ay" Jesús, sólo entonces,
cuando tu cuerpo sin vida;
colgado estaba en la cruz.

Viernes santo 29-3- 1991

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