viernes, 25 de septiembre de 2009

Dos hojas de otoño

Mis ojos ven como cae la lluvia, ven un resplandor, mis oídos captan un mensaje del viento que dice: esta es, la luz inagotable que Dios nos pone a dentro, para menguar un poco nuestro dolor.
Luz que viene de sus manos, y es nuestro centro, luz de fuerza y amor. Que hace revivir la esperanza dentro del sufrimiento, y hasta donde la fé alcanza, nos da calor.
Sé que mi cuerpo es frágil, como una hoja de otoño traída y llevada por el viento, pero mi alma es fuerte, esto hace que de mi mente surja un nuevo pensamiento.
No estoy sola, Dios esta conmigo, y él ha hecho llegar hasta mí a otra persona, otra hoja de otoño que a mi lado ha caído. Pensé, que por poco tiempo, el viento del destino nos había llevado por el mismo camino.
Estábamos las dos en una cama de hospital, éramos compañeras de habitación, yo estaba operada de cancer. Desde aquél día la fé y la esperanza son mis amigas, de esto hace la friolera de diez años. Gracias puedo dar cada día trás día, las dos estamos vivas. C. S.

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