A TI QUE ERES MUJER

Ser fuente que mana,

caudal de vida;

río profundo y sin temor,

es... ser mujer.

Mujer, remanso de paz y de valor,

donde tus brazos, abrazan y acunan;

donde tus labios besan y susurran,

donde tus manos acarician, moldean al amor.

Mujer, cuyos sentimientos fluyen del alma,

eres suave caricia, como el viento que al pasar,

besa al dorado trigo, que se inclina con calma

y se deja besar.

Eres fuerte, como ese río profundo que corre sin temor,

eres sensible, como la vida cuando nace.

Decir mujer, es decir madre,

decir madre, es decir amor.

LA VOZ DEL ALMA

Cuando la noche extiende su manto, el cielo se ilumina

dando luz a tus sueños, que son parte de la vida,

el viento juega con las estrellas;

y se escucha, un leve tintineo cuando paso entre ellas.

Yo quisiera ser luna blanca, dentro de mi fantasía,

y velar tu sueño cuando estás dormida;

dándote luz, cubriéndote con un manto plateado

por ser como eres, como amas y siempre has amado.

Hoy es tu santo y quiero regalarte sentimientos,

que nacen en el corazón y hablan con el pensamiento;

tienes que aprender a escuchar, la voz que no tiene palabras

es difícil, pero quiero que sepas, que esta voz sale del alma.

Y... así dice:

La vida es como una rosa de terciopelo,

llena de olor, pero con espinas

espero, que tú sepas bordear el sendero

para no salir herida,

pero por si acaso, ya sabes, yo soy tu mano amiga.

Con todo mi cariño Carmen.